
Tras ver a tantos niños en estado de desnutrición y las necesidades apremiantes de elementos básicos y vitales como el agua, la luz, condiciones mínimas de salud, zapatos y tantas cosas que se necesitaban en estos lugares azotados por el abandono y la indiferencia, nuestra fundadora regresó determinada a conseguir las donaciones para producir esta fórmula en Colombia. Tocando cientos de puertas e inspirando corazones, conseguimos el monto necesario de donaciones para iniciar la producción y unos meses después viajamos a La Guajira a cumplir con la palabra con el pueblo Wayúu, entregando en compañía del primer grupo de voluntarios, tonelada y media de Meal packs, vajilla e implementos de cocina, carro tanques llenos de agua y toneladas de amor a estas primeras tres comunidades que vieron con sorpresa que se había logrado lo prometido.